When it Rains, it Pores

Cuando llueve, se poran

Si parece que los poros faciales de tu piel empeoran a medida que envejeces… tienes razón.

Si bien los poros dilatados también son una preocupación para la piel más joven, los poros más laxos que se producen con la edad son el resultado de la falta de la estructura de soporte y la resistencia a la tracción que la piel necesita para estar tonificada y firme. La edad, el sol e incluso el azúcar afectan las dos proteínas más importantes para la piel, la elastina y el colágeno. La fuerza de estas dos proteínas determina qué tan tonificada, fresca y radiante se verá tu piel.

A medida que envejeces, tu piel se adelgaza, comienza a ceder y se seca, incluso si has evitado las tres S: sol, humo y azúcar. Por supuesto, abusar de tu piel con las tres S acelera este deterioro y deterioro. Si bien la genética determina algún papel en cómo reacciona la piel a la edad, las tres S pueden sabotear incluso la mejor genética. “El gen carga el arma, el entorno aprieta el gatillo.

Además, con la piel más seca, las células muertas tienden a acumularse en los poros y estirarlos aún más. Con una falta de elasticidad, nada impide que estos poros dilatados se recuperen. Como una cinturilla elástica vieja y dañada de tu ropa interior, todo empieza a ceder.

Si bien es importante evitar dañar la piel con el sol, el humo y el azúcar, también puedes tratar estos poros teniendo una rutina de cuidado de la piel que elimine suavemente las células muertas (exfoliación), hidrate y mantenga la humedad retenida (humectante) y tonifique la piel haciéndola más firme. Utilice también maquillaje no comedogénico para que sus poros no se obstruyan ni se estiren.

Algunos otros consejos para prevenir los poros dilatados y laxos a medida que envejecemos:

  • Trate el acné si lo tiene, ya que la inflamación del acné agranda y debilita aún más los poros.
  • Evite el agua caliente en la cara, que puede secar e irritar aún más los poros.
  • Utilice un protector solar con SPF alto (30 o más) todos los días para mitigar el daño.
  • No hurgues, aprietes ni excaves tus poros.
  • Realizar una rutina regular de cuidado de la piel que incorpore un limpiador, preferiblemente dos veces al día.
  • Utilice un humectante y humectante eficaz (mantiene la humedad retenida)
  • Exfoliación suave, no frote con fuerza ni utilice exfoliaciones ásperas.
  • Revierta el daño de la piel mediante el uso de antioxidantes, vitamina C y niacinamida en su rutina de cuidado de la piel.
  • Elija un exfoliante de poros con un ingrediente activo como ácido salicílico o ácido glicólico.